divendres, 27 de gener del 2017

El arte de Yasmina Reza

La escritora francesa es una estupendísima autora de obras teatrales en las que disecciona el alma humana mostrándola en toda su crudeza. Maneja con absoluta maestría unos diálogos precisos y certeros que, a modo de finísimo escalpelo, dibujan personajes cuyos rasgos todos reconocemos, en nuestros compañeros de trabajo, en nuestros parientes y amigos o en nosotros mismos. Como en la mesa del forense, en sus textos aparecen las vísceras sangrantes, las entrañas putrefactas en forma de actitudes y sentimientos destructivos que no esperan más que la ocasión perfecta para manifestarse.

La pieza teatral que hoy traigo a colación es Arte, en la que tres amigos discuten –dos a dos, los tres a la vez- con motivo de la adquisición que uno de ellos hace de una obra de arte contemporáneo a un precio desorbitado, según el parecer de uno de ellos. Esta circunstancia dará paso a una sucesión de reproches entre los distintos personajes que reflejan distintas actitudes y caracteres: el snob capaz de pagar una pequeña fortuna por una obra “maestra” de un reputado artista; el descreído amargado que no duda en mostrar el lado absurdo de las convenciones sociales y culturales; el pusilánime que intenta navegar entre dos aguas sin ser salpicado. Una representación amarga de las relaciones sociales entre aquellos que se pretenden amigos.

Algunos teóricos dicen que el hecho artístico referido a la literatura se completa en el acto de leer. Una novela no es sólo el texto que escribió su autor, sino las lecturas que de ella hacen los infinitos lectores que pueda tener. En el caso de una obra de teatro, además, el texto se revela en todas sus dimensiones cuando es interpretado sobre un escenario. Aunque no he tenido ocasión de verla en un teatro, son muchas las versiones que se han hecho y muchos los actores que la interpretaron ya que es una obra que, de forma recurrente, se suele programar en los teatros españoles. Sin embargo, me regocijo con tan solo pensar en la interpretación que en su día (1998-2000) hicieron Josep Maria Flotats, José María Pou y Carlos Hipólito, tres auténticos monstruos de la escena nacional. 

Y ya por último y a modo de coda, me gustaría destacar especialmente otra de las piezas clave de la autora francesa, Un dios salvaje, otro retrato amargo de las relaciones sociales, esta vez entre vecinos y las respectivas parejas, de la que Roman Polanski como director y Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly como actores, nos ofrecieron una sublime interpretación en un reciente film de 2011. Absolutamente recomendable.