Steven Spielberg rodó hace unos años una estupenda película, “Minority
report”, en la que unos extraños personajes visionarios eran capaces de
predecir la comisión de un delito antes de que este se produjese y de identificar
al delincuente, que era automáticamente detenido por las fuerzas de orden
público. La sorpresa de algunos de estos delincuentes avant le fait era, en algunos casos, mayúscula, porque ni
siquiera habían planeado la comisión de los delitos que se les imputaban. ¿Ciencia
ficción?
Últimamente, la deriva autoritaria de los gobiernos –en nuestro caso, el
del PP, pero otros también- les ha llevado a prohibir actos o manifestaciones públicas
pronosticando la comisión de un delito o la provocación de un
altercado. No sabemos si estos gobiernos, entre el personal de su administración, cuentan con unos augures como los de la película. Al menos en esta,
los policías se basaban en las revelaciones de unos sujetos ajenos a la
autoridad gobernante. Si no es así, podemos imaginar a Soraya o a Rajoy
ejerciendo de druidas clarividentes en los sótanos de la Moncloa.
La delegada del gobierno en la Comunidad de Madrid –anda que, estando el
gobierno en Madrid, ya podían haberse ahorrado el cargo- ha tenido la magnífica
idea de prohibir la entrada de banderas esteladas en el campo de fútbol donde
se celebra una final, presumiendo que ello podría ser motivo de conflictos. Si
de presumir se trata, presumo yo que quienes provocarán los altercados serán
los patriotas españolistas que no verán con buenos ojos el paseo triunfal de los
“gremlins” catalanes por la Castellana. Así que, si a alguien hay que ponerle
el bozal, mire para otro lado, señora delegada.
Por suerte, un juez –últimamente, son los que están poniendo algo de
"seny" en la vida pública, pese a los desmanes de alguno- ha venido a poner
remedio a tanto despropósito, y finalmente los aficionados al fútbol podrán
acudir al estadio como les rote. Al final, habrán conseguido justo lo contrario de lo que pretendían.
Creo que este gobierno, en el caso de repetir, debería contratar a Steven
Spielberg como asesor de imagen. Soraya en el papel de Indiana Jones y manejando
el látigo da el pego. Y si no ganan o no pueden formar gobierno, pues veremos a
Rajoy entonando aquello de “Mi caaasaaa…”