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Tic-Tac |
Quedan aún unas semanas para la celebración de elecciones municipales y autonómicas. Y unas cuantas más, para unas generales. Pero, los contendientes afilan ya sus armas y se preparan para la batalla. Porque de eso se trata. De derrotar al enemigo. Pero, primero, tienes que identificarlo. Resulta curioso cómo hace pocos meses la burla y el menosprecio era el tono más habitual para referirse a los miembros de Podemos y ahora, sin embargo, después de las demostraciones de fuerza, aquí en España, y más aún, la victoria en Grecia de Syriza, que amenazan con dinamitar el orden establecido, han sacado a relucir todo el arsenal pesado que tienen. Han puesto a trabajar a los servicios de inteligencia, a los inspectores de todo lo inspeccionable, a la caverna mediática... ¿Alguien duda de que no se han revisado, además de las declaraciones fiscales, los antecedentes penales, administrativos, profesionales, académicos de los miembros de Podemos, de la Plataforma Anti Desahucios, de aquellas coaliciones electorales que ponen en riesgo la satrapía de los de la casta? ¿Es que no encontrarán a nadie dispuesto a declarar en contra de muchos de ellos las más burdas golferías, unas facturas sin IVA, un regalo de un alumno, un saludo efusivo de un sospechoso, una multa por aparcar en doble fila, un pedete? Es más, si no aparecen pronto nuevas acusaciones, podremos votar tranquilamente a cualquiera de ellos, porque estaremos seguros de que están limpios de polvo y paja. Nadie es capaz de soportar la prueba del algodón de los servicios secretos y no tan secretos de un Estado a la caza y captura del mínimo desliz.
Y si estos "desmanes" cometidos por los líderes del nuevo movimiento y voceados por los medios afines al PP y al PSOE, les quitarán un puñado de votos, ganarán otros tantos de todos aquellos que están hasta el moño de esta pandilla de ladrones (han robado a manos llenas), inútiles (se muestran ineficaces en lo que dicen ser expertos, porque ineficacia es un 25% de paro, un tercio de niños pasando hambre, la desigualdad desbocada) y criminales homicidas (porque han empujado al suicidio a más de una y de dos personas, prevalece el cálculo económico sobre la vida de personas enfermas). Porque no es lo mismo, no, un grano de arena que una montaña. Ni una ola que un tsunami. Aunque no somos perfectos, no somos abyectos.
Un régimen político que no es capaz de satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos, no merece ser respetado. Y aquellos que lo defienden (o que lo secuestran) deben ser señalados con el dedo y acusados. En los tribunales, en la calle, en las redes, en los medios, En las urnas.
Ladran, luego cabalgamos.