diumenge, 31 d’agost del 2014

Retos de las políticas públicas sociales

Varios son los retos que enfrentan las políticas públicas sociales. Estas son los fundamentales: 

1) "La lucha contra la desigualdad y la exclusión social". Las tesis neoliberales, que propugnan menos Estado, fundamentando sus argumentos, en primer lugar, en la incapacidad financiera del Estado para asumir tantas demandas o -en un estadio más ideológico-, en la lucha contra la infantilización del ciudadano que produce la excesiva tutela del Estado, han desarrollado acciones de gobierno que se han cebado con las políticas públicas sociales. Los efectos son conocidos, una mayor desigualdad entre los que más tienen y los que menos, hasta el punto de generar nutridos grupos en riesgo de exclusión social (jóvenes sin futuro, empleados de larga duración, ancianos en soledad, familias monoparentales, sin papeles, inmigrantes, minorías étnicas, discapacitados...). De todos ellos tenemos claros ejemplos en España muy recientes que sería excesivo recoger aquí, pero basta con hojear la prensa.

2) "La redistribución más justa de la renta y de las riquezas". Siempre se ha estimado que una fiscalidad progresiva redundaba en una redistribución más justa de la riqueza, porque se devolvía así al ciudadano parte de lo que le había sido sustraído en el mercado laboral, esto es, la apropiación por parte del detentador de los medios de producción de la plusvalía generada con su trabajo. No se trata, pues, de una cuestión de solidaridad, sino de derecho. Sin embargo, vemos reducirse la fiscalidad directa sobre las rentas y el aumento de la fiscalidad indirecta, cuando no toda una batería de medidas de ingeniería tributaria y financiera al servicio de las élites (SICAPs, paraísos fiscales, fondos de inversión incontrolados, ventajas fiscales y empresariales, exenciones, acomodamientos legislativos, amni9stías fiscales, condonaciones… de nuevo se multiplican los ejemplos en España).

3) “La igualdad de acceso al crédito, a la educación y a la salud”. La igualdad ante la ley ha sido y es un fundamento básico del sistema democrático. Esa igualdad, para que sea efectiva y no sólo papel mojado, debe materializarse a través de la igualdad en otros ámbitos, como los que aquí se señalan. Igualdad de acceso al crédito, para poder desarrollar un proyecto de vida. Igualdad de acceso a la educación, a la mejor, además, básica para el ascenso social. Igualdad de acceso a la salud, lo que no merecería mayor comentarios. Sin embargo, vemos cómo se rescatan bancos con el dinero de todos y éstos, correspondiendo con la sociedad, niegan el crédito y ejecutan desahucios. Se implementa una doble red escolar, con una red pública de carácter asistencial que atiende a la mayor parte de la población inmigrante y a la población con algún tipo de discapacidad, al mismo tiempo que se les exige competir en las mismas condiciones en rankings, acceso a recursos, etc. Se mantiene un sistema de salud pública, gratuito (o sea, pagado con los impuestos de todos)  y universal, pero, cada vez más, limitado en los recursos (listas de espera, copago sanitario, exclusión de ciertas medicaciones por “caras”, inmigrantes “ilegales” sin acceso…). Son todos ejemplos de España, claro.

4) “La priorización  y la relevancia de éstas, asignándoles los recursos necesarios”. El neoliberalismo imperante considera que todas estas políticas públicas sociales son ineficaces, cuando no abiertamente nocivas, que fomentan la inacción en el asistido y detrae recursos de los sectores más innovadores de la sociedad. Sin caer en la ingenuidad de negar las disfunciones que todo sistema padece y que deben corregirse, sin que ello suponga una descalificación global del modelo, se debe destacar la función de dichas políticas, según sus finalidades: reguladoras, redistributivas, preventivas, reparadoras y de control y sanción.