Mientras esperaba en el hall, yo solo, ya empecé a barruntar lo que poco después sucedió. En efecto, cuando la señorita que iba a hacer las veces de guía se presentó, yo era el único auditorio disponible. Me excusé, como si yo tuviera la culpa de que nadie más hubiese querido acercarse al museo a aquella hora, pero la señorita amablemente le quitó hierro al asunto y me dijo que no importaba y que estaría encantada de hacerme de cicerone. Me dijo su nombre, Lucía o Isabel, no lo recuerdo bien, cosa que lamento en grado sumo, pues lo considero una desconsideración a su amabilidad. Pero sí me acuerdo perfectamente de su rostro ovalado, los ojos almendrados, la piel clara y unos dedos de pianista, que movía con una descuidada gestualidad, tal que un hada perezosa.
El discurso fluido y funcional que se disponía probablemente a soltarme, aprendido de memoria y habitualmente dirigido a una masa informe de turistas de sandalia y calcetín, no llegó a sustanciarse. Con dos preguntas contundentes le dejé bien claro que no iba a conformarme con una explicación simplista y que pensaba interrumpirle cuantas veces me pareciese para aclarar, añadir o matizar su discurso. No le pareció ni bien ni mal, pero poco a poco y según fue avanzando la visita se fue asentando entre nosotros un tono más confidencial. El itinerario, que se suponía había de durar una hora, se prolongó media hora más y al final nos despedimos casi con pena de que hubiese acabado. Probablemente ella piense que fui un pesado, pero ¡qué bien educadas que las fabrican ahora, a estas replicantes!
Por cierto, la exposición fue muy interesante. Un repaso por la historia del levante hispano, desde el paleolítico hasta hoy, a través de los restos conservados en el museo de Santa Pola. Una interesantísima exposición "Art i mort en el Montgó", sobre el yacimiento arqueológico recientemente excavado en la Cova del Barranc de Migdia. Y una muestra del proyecto Via Augusta que pretende "mettre en valeur" los escasos restos que aún quedan de este camino en la comunidad valenciana. Interesante, pero hoy todavía un proyecto.
