divendres, 17 d’abril del 2020

Cubismo analítico y cubismo sintético

El cubismo analítico parte del objeto tridimensional para descomponerlo, desarmarlo o deconstruirlo. Es, a mi modo de ver, la fase inicial del descubrimiento,  Es la actitud del niño curioso -o del científico experimental- que desmonta su juguete preferido para conocer lo que hay en su interior. Coloca las piezas sobre el tablero -o el lienzo- una al lado de la otra en un desarrollo bidimensional, plano. Al final, queda sobre la mesa un conjunto aparentemente desordenado, o mejor dicho, ordenado de modo diferente, relacionándose unas piezas con otras de un modo nuevo, extraño para muchos, pero que, en última instancia, no han dejado de representar el objeto inicial. Será entonces el espectador quien haya de recomponer la imagen. La sensación del espectador puede ser de desconcierto, si no conoce los códigos, el libro de instrucciones para recomponer el objeto primigenio.
El cubismo sintético, por su parte, utiliza aquellas piezas que están sobre el tablero para construir un objeto nuevo, descartando algunas de las piezas e incorporando otras nuevas -el papier collé, primero, el collage, poco más tarde-, y/o estableciendo nuevas relaciones entre ellas -color, asimetrías, "rimas plásticas"- . Es un proceso de construcción de algo nuevo, que no de reconstrucción. El cubismo sintético es la consecuencia lógica del procedimiento iniciado por el cubismo analítico, una vez este ha agotado sus vías de experimentación. El espectador, ahora, se siente reconfortado porque le ofrecen un objeto acabado y reconocible.