diumenge, 17 de maig del 2020

El Bosco. Algunas reflexiones


El jardín de las delicias (Museo del Prado)

¿Es el Bosco un pintor culto?

El Bosco debía ser sin lugar a dudas una persona culta, entendida como tal aquella persona que atesora conocimientos extensos sobre diversidad de materias. Así lo demuestra la cantidad de claves que maneja en la representación. Bien es cierto, que gran parte de ellas referidas al ámbito de la religión y la moral cristianas, pero no solo. Desde luego, es un conocedor de las Sagradas Escrituras como queda de manifiesto por las múltiples referencias que hace a pasajes del Antiguo y del NuevoTestamento -donación de la reina de Saba, la misa de San Gregorio, el Anticristo...- y un devoto seguidor de la doctrina por el mensaje que trasciende de su obra, la denuncia de las conductas pecaminosas. También podemos atribuir a su vasta cultura el conocimiento del simbolismo de ciertos animales -lechuza, sapos, cordero, lobo...-, plantas -los detalles de los árboles permitirían hacer un catálogo botánico- y escenas diversas, desde la arquitectura de la ciudad hasta la la textura de los tejidos. Por último, a la capacidad de observación señalada se suma una imaginación desbordante capaz de construir arquitecturas y organismos fantásticos, aunque esta pieza no sea la más repreesentativa de esto último. 

La extracción de la piedra de la locura

Estoy de acuerdo con lo que dices, aunque yo particularmente extendería todo ese capítulo de ignorancia, superstición e interés a toda la historia de la Humanidad. En particular, los casos de trepanaciones son conocidos ya desde la prehistoria y a ellos se suman otros sobre pociones, remedios absurdos, rituales pseudoterápeuticos, que se extienden hasta nuestra época, como hemos tenido ocasión de comprobar incluso ahora con motivo de la pandemia que padecemos.

¿Qué piensas de la función del cuadro “El jardín de las delicias”?

Me parece interesante tu reflexión. Ahora bien, a mí me suscita un montón de preguntas. Por ejemplo, ¿quiénes serían los contempladores del tríptico, todos los nobles de la corte de Borgoña o solo unos pocos elegidos?; ¿quién ejercería de intermediario entre la obra y el contemplador, un sacerdote, un noble de rango superior?; ¿el cometido era propiciar una educación moral y religiosa o también política?; ¿cuándo y cómo se llevaría a cabo esa labor pedagógica, puntualmente, regularmente, a través de una disertación, una lectura guiada, una conversación entre los presentes...?; una vez adquirida por Felipe II, ¿cambió de función o continuó ejrciendo esa labor educadora?; ¿dónde se ubicó la obra en un momento y otro? 

¿Por qué pintaría el Bosco el exterior en una grisalla tan apagada?

Me parece interesante la idea de establecer una secuencia cronológica entre la parte exterior y la interior, de tal manera que el exterior represente los momentos iniciales de la creación, todavía entre tinieblas, y un interior colorido con la creación en todo su esplendor. Sin embargo, podría tener otro sentido, pues como vimos en el tríptico de la Adoración de los Magos, el exterior también es una grisalla, la misa de San Gregorio, sin que haya aquí una relación secuencial con la escena del interior. ¿Cabría hablar entonces de una puesta en escena, de un proceso de desvelamiento de un misterio? El propio tríptico así lo sugiere. Se trata de mantener oculto algo que solo ha de revelarse a los que van a ser iniciados. La grisalla exterior anticipa el contenido del interior y despierta en el espectador una actitud expectante ante la supuesta maravilla que se esconde tras las puertas. El contraste había de subrayarse para dotar de mayor majestuosidad a la visión del interior y que mejor manera de hacerlo que pintando un exterior anodino frente a un interior exuberante.

¿Cómo piensas que el Bosco pudo llegar a imaginar las creaciones del Jardín de las Delicias? 

Sin negar la imaginación de El Bosco a la hora de dar vida a seres fantásticos, lo cierto es que existe una tradición más o menos extendida de representaciones fantasmagóricas, más o menos inspiradas en visiones y relatos de viajeros. Baste recordar algunas de las imágenes transmitidas por el Libro de las Maravillas, de Marco Polo, o las representaciones de monstruos en los límites del mundo conocido en los mapas de la época, por no retrotraernos a los relatos de la tradición grecolatina, con gorgonas, quimeras, grifos, cíclopes, titanes, sirenas... Además, en la representación de la época, los animales simbolizan actitudes, pasiones, estados diversos, que aquí aparecen igualmente representados. Por otro lado, las visiones suscitadas por el consumo de determinadas sustancias, el "delirium tremens" de los alcohólicos, o las producidas por sustancias psicotrópicas, las de los lotófagos de la Odisea, o los brebajes y cocciones de brujas y hechiceros. En cuanto a los tormentos infligidos a los pecadores en la pintura, los instrumentos de tortura, bien reales, existentes en la época, o los suplicios inferidos a enemigos, dejaban poco margen a la imaginación. En definitiva, existe una tradición bien asentada de fantasmagorías de las que bebe el Bosco y a la que él aporta una particular visión enciclopédica enriquecida con otras producciones de cosecha propia.

Influencia del Bosco en la cultura contemporánea (en respuesta al comentario de Miguel Phillipot)

Me parecen extraordinariamente sugerentes tus apreciaciones, que espero revisar y contrastar con detalle. Sin embargo, me asaltan algunas dudas. La primera es discernir si esa influencia es más temática o pictórica. En el primer caso, existen precedentes importantes en la literatura, y en el arte, en general, que pudieron inspirar las realizaciones de muchos artistas: la Biblia, por ejemplo, está repleta de relatos escatológicos, sobre todo el Apocalipsis, pero no solo; también el infierno de Dante, relatos maravillosos de viajeros, como Marco Polo o los primeros exploradores de la entonces recién descubierta América, descripciones de figuras mitológicas o monstruosas de la tradición grecolatina, que a menudo pueblan los confines del mundo conocido y las tierras ignotas en los mapas de la época. 

En el segundo caso, si hablamos de la influencia propiamente pictórica, creo que tus apreciaciones son totalmente acertadas, entre las que incluiría la obra Metrópolis de George Grosz, y las extendaría a otras artes como el cine o el cómic. Así, la homónima Metrópolis, de Fritz Lang, con sus arquitecturas fantásticas, sus masas despersonalizadas y sus particulares demonios; o, aunque edulcorada, la galería de personajes imposibles de la Guerra de las Galaxias. O en el ámbito del cómic, los personajes y paisajes de Moebius, el dúo Hugo Pratt-Federico Fellini o los del Milo Manara más onírico.

En cualquier caso, lo que también me pregunto es si estos artistas se inspiran directamente o hacen una recepción explícita del Bosco o si, por el contrario, en la medida que la obra del Bosco ha entrado a formar parte de un imaginario colectivo que ha llegado a configurar la cultura occidental, esa influencia resulta más difusa, más diluida.

Creo, en última instancia, que resulta difícil establecer cuáles de estos autores y en qué grado han estado influidos por el Bosco, más alla de lo que estos hayan reconocido expresamente.